Ninguna ofrenda que ofreciereis a El Señor será con levadura; porque de ninguna cosa leuda, ni de ninguna miel, se ha de quemar ofrenda para El Señor. Levítico 2:11
La ofrenda es el alimento espiritual que los siervos llevamos al pueblo de Dios. La levadura es la maldad; la corrupción; la intención oculta de lucro con la que los hombres predican la Palabra. La miel es las falsas pero atractivas palabras con las que los falsos profetas atraen a las multitudes como efectivamente la miel atrae a las moscas, las cuales acostumbran posarse en el excremento, mismo al que, una vez disfrutada la miel, volverán a irse a posar.
Pero el texto continúa:
Y sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no harás que falte jamás de tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios; en toda ofrenda tuya ofrecerás sal. Si ofrecieres a El Señor ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes, y el grano desmenuzado ofrecerás como ofrenda de tus primicias. Y pondrás sobre ella aceite, y pondrás sobre ella incienso; es ofrenda. Levítico 2:13
La sal en la antigüedad cumplía el efecto contrario de la levadura: servía para preservar los alimentos limpiándolos de la corrupción. Significa que nuestro mensaje deberá estar libre de toda corrupción. Tostar al fuego es estar dispuesto a los dolores que causa el predicar la Palabra de Dios y que nos da madurez; al desmenuzar el grano se le quita toda impureza, misma que deberán tener nuestras enseñanzas y nuestras acciones. El aceite es símbolo del Espíritu Santo .
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