martes, 17 de enero de 2017

Armonía Interior



Pensemos en nuestra mente como en una casa. Es frecuente escuchar decir que el cuerpo es el templo del alma. Pues bien, si esto realmente fuera así, la mente sería el templo en el que se construye nuestro futuro. Es allí donde debemos comenzar a edificar lo nuevo, para que esto se refleje en nuestra realidad cotidiana.

Hagamos de cuenta que cada área de nuestra vida es una habitación instalada en el cerebro. De todas las habitaciones que componen nuestra mente, alguna de ellas seguramente está bien decorada, posee una ventana soleada, se conserva en estado impecable y nosotros nos encanta estar en ella.

Otras están repletas de desechos, de cosas que ya no nos sirven y de las que no sabemos cómo desprendernos, cosas que ensucian nuestra mente. En el medio se encuentran aquellas habitaciones que nunca nos hemos atrevido a explorar o que ni siquiera sabíamos que existían.

La mente es inconmensurable. No tiene límites. Explorarla y expandirla puede ser una tarea muy placentera o muy dificultosa, todo depende de cómo la encaremos.

Siempre habrá momentos en los que sentiremos dolor por dejar atrás actitudes que de alguna manera nos fueron útiles durante toda la vida. Pero serán seguidos por otros momentos de intenso placer al descubrir que somos dueños de conducir nuestra vida hacia un lugar más positivo con sólo proponérnoslo y trabajar para ello.

LA DECISION ES SUYA

Debemos tomar esta tarea como lo que es: un trabajo. La fuerza de voluntad y la continuidad son dos factores indispensables en el camino de la superación personal. Lo más indicado es tomar una “habitación” por semana, hasta que sintamos que hemos terminado de limpiarla a fondo. Recién entonces se puede pasar a la siguiente. Es posible comenzar por cualquier habitación, inclusive por la que más problemas nos esté causando en el momento de iniciar la tarea.
Para esto, vamos a dar un procedimiento general y, luego, trataremos específicamente cada una de ellas.

INDICACIONES GENERALES

Este trabajo es exclusivamente mental. Las armas que nos van a resultar más útiles son la relajación y la meditación con técnicas específicas. El mejor momento para trabajar con la casa mental es la mañana, si somos capaces de levantarnos temprano. Desde luego que esto no debe ser algo forzado, pues debemos estar con nuestra mente alerta y bien despierta. En todo caso, cualquier momento en el que usted pueda estar solo, sin interrupciones de ningún tipo, resultará bueno.

Es ideal contar con la ayuda de un grabador para que puede dejar registrada la técnica que va a utilizar. Esto tiene como objetivo que la mente no se esfuerce por retener datos y esté más atenta a las indicaciones que recibe.

Entonces, antes que nada, grabe la meditación haciendo las pausas necesarias. Mientras lo hace, no se anticipe a encontrar respuestas que vendrán luego, durante el trabajo propiamente dicho.

Comenzaremos armonizando el cuerpo y la mente. Para esto, es una posición cómoda, sentado (sólo en caso de impedimento físico se puede permanecer acostado), cierre los ojos. La relajación consiste simplemente en ir nombrando cada parte del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, mientras dejamos que la parte mencionada caiga pesadamente. La respiración debe ser cada vez más lenta y perceptible. Grabe esto para hacer más fácil la relajación.

Una vez que el cuerpo esté relajado, comience a repetir la frase:

Estoy en busca de mis habitaciones mentales y voy hacia ellas para limpiarlas. Permito que mi Conciencia Superior me guíe. Hoy trabajaré en la habitación de… (aquí nombre la que se dispone a limpiar).

Grabe esta frase 21 veces y acompáñela con la repetición mental. Luego, haga un silencio de algunos segundos mientras sólo escucha su respiración. A continuación, realice la limpieza específica de cada habitación.

LA HABITACIÓN DE LA SALUD

Lea atentamente este texto y, luego, grábelo para trabajar con él posteriormente. Imagine que se encuentra en un cuarto común y corriente, con las características que surjan en su mente. Desde luego que usted puede agregar hechos específicos. Si desea hacerlo, adelante, su Conciencia Superior sabrá guiarlo. Este es el texto que debe grabar:

Me encuentro aquí, en la habitación de mi salud. En este lugar descansan las contradicciones de mi cuerpo. Aquí puedo examinarlo centímetro a centímetro, pared a pared, órgano a órgano. Mi primera tarea es reconocerlo, para luego limpiarlo y ordenarlo. Me daré un tiempo un tiempo para hacerlo. (Permanezca 2 ó 3 minutos en silencio y en ese lapso visualice sus órganos internos, su piel. Deténgase especialmente en las zonas de su cuerpo que estén enfermas o doloridas).

Ahora separo del resto a los órganos que están contaminados. Me hago tres preguntas:
– Cuando era un niño, ¿qué me gustaba cuando enfermo? ¿Era una forma de obtener algún privilegio de parte de mi familia?
– ¿Qué conductas que estoy repitiendo ahora me llevan al estado de enfermedad?
– ¿Qué puedo hacer yo, por sí mismo, para tener un cuerpo hermoso y saludable?
Meditaré las respuestas. Sé que si no aparecen en este momento, lo harán durante el día hoy.
(Aquí grabe un silencio de 5 minutos. Si obtuvo respuestas, escríbalas mentalmente en un cartón blanco y péguelo en un lugar visible de su habitación).

Ahora proyectaré luz blanca sobre la habitación de la salud. Termino mi tarea con un sentimiento de profundo amor hacia mi cuerpo.

LA HABITACIÓN DEL DINERO

Imagine una habitación con las características que desee. Lea el texto y luego grábelo para facilitar el trabajo.

Me encuentro aquí, en la habitación mental reservada al dinero y al trabajo. Este cuarto está repleto de papeles, cada uno contiene mis numerosas cualidades y habilidades personales. Está tan desprolijo que ni quisiera puede distinguirlos. Haré un esfuerzo y ordenaré uno por uno estos papeles, pues cada uno de ellos es un elogio para mí.

(Grabe: Papel número 1 y haga un silencio de 20 segundos. A continuación: Papel número 2, otro silencio. Así hasta contar 20 papeles. Cada silencio debe ser llenado mentalmente por una cualidad).
Ahora sí, con estas nuevas armas puedo desenvolverme para encontrar el trabajo que se ajuste a mis necesidades. Con él puedo obtener el dinero suficiente para cubrir todas mis expectativas. Meditaré un momento sobre el tipo de trabajo que me gustaría realizar.
(Deje un silencio de 3 minutos).

Permito que mi mente ordene mis cualidades de la mejor manera, para cumplir con mis deseos. Sé que la respuesta puede no aparecer ahora, pero lo hará durante el día de hoy o durante esta semana. Proyectaré luz blanca sobre mi habitación del trabajo y del dinero. Termino mi tarea con un profundo sentimiento de bienestar y un gran respeto a mí mismo por mis capacidades.

LA HABITACIÓN DE LOS SENTIMIENTOS

Como en los casos anteriores, lea el texto y luego, grábelo.
Me encuentro aquí, en la habitación donde reinan los afectos. Puedo observar una pared oscura. Aparentemente allí no se refleja la luz del sol.
(Grabe un silencio de 15 segundos).

Si me acerco a ella puedo sentir el olor de las personas, de las angustias, de los desengaños. Tengo la certeza de que si me quedo mirándola, puedo descubrir las imágenes de todos los momentos en que sufrí.
(Grabe un silencio de 15 segundos).

En cambio, frente a ella, puedo ver una pared blanca, impecable. No hay rastros de imperfecciones.
(Grabe un silencio de 15 segundos).

Aquí están mis alegrías, satisfacciones, los mejores momentos de mi vida. Si me acerco a esta pared sólo veo sonrisas y ternuras.
(Grabe un silencio de 15 segundos).

Sin embargo, todos mis recuerdos están asociados a otras personas: amigos, familiares, amantes, etc. A partir de hoy, el único bienestar que es verdadero y que nunca me decepcionará es el que yo mismo puedo proveerme. Me haré tres preguntas:

– ¿Cómo expresaban mis padres su cariño hacia mí?
– ¿Busco esos mandatos en mis relaciones con los demás?
– ¿Qué puedo hacer yo mismo para curar las heridas de mi niño interior?
– ¿Qué actitudes mías debo modificar para mejorar mis relaciones?
(Grabe un silencio de 15 segundos).
Sé que aunque las respuestas no afloren en este instante, mi Conciencia Superior me las proporcionará a lo largo de este trabajo.

LA HABITACIÓN DE LA SEXUALIDAD

Lea el texto que sigue y, luego, grábelo para facilitar la tarea.

Me encuentro en la habitación de la intimidad y la sexualidad. Aquí se encuentran mis miedos, mis dudas, mis deseos. Puedo observar sobre una mesa una cantidad abultada de cartelitos con frases que los reflejan. Hay mucho desorden. Antes de limpiarla, voy a sentarme en medio de la habitación y voy a permitir que afloren más frases y pensamientos.

(Grabe un silencio de dos minutos).
Ahora voy a hacerme cuatro preguntas:
– ¿Qué aprendí de pequeño sobre las relaciones entre los sexos? ¿Qué pensaban mis padres acerca del tema?
– ¿Cómo veo mi cuerpo? ¿Me gusta, no me gusta, le temo?
– ¿Hubo alguna constante en mis relaciones personales que no me permitió ser todo lo que soy capaz de ser?
– ¿Qué puedo hacer por mí mismo para mejorar mi intimidad y mi sexualidad?
(Grabe un silencio de tres minutos).

Me acerco a la mesa y encuentro un cartelito que dice “Mandatos familiares”. Lo cuelgo en una pared. Otro dice: “Limitaciones personales”; lo coloco en otra pared. Un tercero, brillante dice: “Así es ahora”; lo pongo en la tercera pared. Ahora voy a ordenar los carteles que están revueltos en la mesa y voy a poner cada uno en su lugar. A cada uno tendré que mirarlo un tiempo, antes de decidir cuál es su origen. En la pared de “Así es ahora” escribiré yo mismo los carteles que guiarán mi sexualidad y mi intimidad de ahora en adelante.
(Grabe un silencio de cinco minutos).

Permito que mi mente ordene de la mejor manera mis nuevas creencias acerca de la sexualidad. Termino mi tarea con amor hacia mí y hacia todo lo que soy capaz de ser y de crear.

LA HABITACIÓN VACIA

Lea y grabe.
Ahora me encuentro en una habitación donde no hay nada. Sus paredes son de color blanco, es espaciosa y soleada. Sé que aquí se encuentran mis talentos ocultos y las virtudes que nunca me atreví a desarrollar. Permito que mi mente decore esta habitación a su gusto. Soy libre para desarrollar mi personalidad al máximo. Voy a darme tiempo para registrar mi sensación de libertad y expansión.
(Grabe un silencio de siete minutos).

Termino mi tarea con amor hacia mí y hacia el Universo, que responde positivamente a mis cambios y deseos.

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