martes, 16 de octubre de 2018

LAMPARITA A OYA ( VIRGEN DEL CARMEN O CANDELARIA) PARA QUE SIEMPRE HAYA DINERO EN CASA



Cuando tenemos dificultades ,también tenemos múltiples soluciones de entidades que con FE podemos atender y ofrendar obras o rituales para nuestro padecer diario.




Hoy vamos a trabajar con Oya o también su parte católica la virgen de la Candelaria o también la del Carmen.




Vas a comprar una Berenjena de las mejores que veas en el supermercado o frutería, cuando llegues a casa la vas a lavar con un jabón de azufre o ,jabón casero de hierbas , después la vas a limpiar y despojar con fluido de despojo , con un cuchillo la cortas a la mitad y le haces un hueco con tus manos , la frotas bien con EPO ( manteca de corojo),tres cucharaditas de azúcar moreno.




A continuación le echamos 9 monedas de color oscuro y la rellenamos con aceite de oliva o girasol, le ponemos una mecha y la prendemos durante 9 días con mucho cuidado de que no se apague y vamos recargando el aceite según se va consumiendo.




Todos los días hay que rezar la oración a Oya para que nos traiga el dinero a casa .




Transcurridos los 9 días envuelve los restos en un papel o paño morado, después entiérralos en un árbol que de frutos morados , lo ideal es un ciruelo o una higuera , si no puede ser pues un árbol de flores moradas.






Poderosa Oyá,
Orisha guerrera y justa,
valiente como ninguna mujer,
terrible contra tus enemigos,
y seductora con tus amantes.

Ahuyenta el viento de la muerte,
con tu iruke y tu sable
aleja el dolor y la enfermedad.

Dame tu fuerza y vigor,
y la fortuna de un gran amor,
como tu lo tuviste con Oggún y Changó,
que yo sepa ser compañera,
amiga y amante de mi pareja,
solucionando todas las adversidades,
dominando los 4 vientos,
con temperamento y equidad.

Cuando llegue mi momento
custodia mi alma,
y líbrame del infortunio.


Escúchame madre Oyá:
No permitas que sobre mi,
caiga el dolor, ni la enfermedad,
ni el odio o el rencor,
permite que mi vida
sea un camino tranquilo,
de amor, felicidad y alegría,
amando y siendo amada,
creando una familia feliz y próspera.


A ti Oyá, Reina y señora mía,
elevo mis ruegos.
Protégeme del mal,
y desvía las penas de mi camino.

Cuida de mí, madre mía.




¡Gracias, Oyá!

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